sábado, 12 de julio de 2008

CARTAS EN LA NOCHE


Querida amiga...

Son las tres y media de la mañana y tú duermes ya, en tu cama, dulcemente. Yo me siento ante una cuartilla en blanco, simbolizada en una pantalla por la que se van deslizando las letras, que salen del teclado, impulsadas por mis dedos.

Ignoro si la noche es bella, si brilla la luna, si hace rocío y si el silencio es roto por el pasar de los autos ó por el maullido de un gato que se para en la calle mandando un mensaje de amor.

Estoy sóla en la habitación. Sóla con mis sueños,Sóla en la inmensidad del espacio, sóla ante el cuaderno y sóla ante el espejo de mi alma.

Y en esta soledad escribo sin orden, sin premeditación, sin un guión definido, sin saber bien lo que quiero transmitir. Y escribo simplemente para dejar unas líneas en la cuartilla, para decirme a mi mismo, lo que no soy capaz de decirme cuando me miro al espejo por las mañanas. Y me digo que la vida pasa, que mi tiempo se va terminando, que el reloj avanza, que cada vez quedan menos granos de arena en ese invisible aparato que mide el tiempo de nuestra vida.

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