viernes, 29 de febrero de 2008

ESTATUA DE SAL

Ya ala deriva me pregunto si moriré en este naufragio o salvaré la vida; sola, ante el océano, siento pánico y tiemblo al oír mi voz perdida en el viento; agua, y más agua...un horizonte se cierne ante mí distante. ¿ Habrá algo más allá de tanta agua?

El olor a sal, y el viento gélido, me dejan inmóvil, pero pese a no sentir ninguna parte de mi cuerpo, mi corazón y mi cabeza siguen funcionando, actuando como salvavidas ante tanto desconcierto; es lo único que me índica que sigo aquí, sola entre estas aguas; en ocasiones anhelando la muerte y muchas otras soñando en vida